Ir al contenido principal

Entradas

Mostrando las entradas de julio, 2007

Vivieron felices y comieron... ¿pollo a la broaster?

Colombia gana el Mundial de Fútbol, la violencia en el país se acaba, el Atlético Nacional gana la Copa Libertadores de 2008, el salario aumenta en un 200% para todos los trabajadores, las fuerzas de ocupación dejan de sustentar guerras inventadas en Oriente Medio, Latinoamérica se une en un bloque fuerte de hermandad y dejamos los complejos de tercermundistas… Estos, lamentablemente, no son los titulares de las noticias de hoy, ni de mañana y, quizás, no lo sean jamás. Sin embargo, son los profundos deseos que surgen de mi alma. De infancia recuerdo vívidamente aquella dichosa frase con la que se nos decía que, después de sufrir lo insufrible, la gente siempre lograba lo que se proponía. Regreso a la niñez cuando escucho “vivieron felices y comieron perdices”… la pregunta que me surge ahora es ¿por qué se busca vivir feliz eternamente? La felicidad de los cuentos de hadas, por lo menos en lo que conozco de esta vida, es imposible. En el caso hipotético de los titulares que se me ocu

La mágica jornada de la paz

El miedo al fracaso y a la falta de sensibilidad de los compatriotas fue el constante denominador en los corazones de quienes soñaban con una protesta nunca antes vista en Colombia. Sin embargo, faltando diez minutos para el mediodía, los temores se disiparon. Movidos por una fuerza interna implacable, miles de colombianos se volcaron a las calles simultáneamente y, en un acto apoteósico, se hicieron sentir. La magia surgió espontáneamente mientras los pitos sonaban y se levantaban brazos, pañuelos y voces para reclamar por la paz del país y la libertad inmediata de los secuestrados. Sin importar sexo, edad o condición, toda Colombia se movilizó en una manifestación sin precedentes. Finalmente, el letargo y la insensibilidad quedaron a un lado para dar paso a un justo reclamo; para decirles a los violentos que acá no son bien recibidos, que no se les quiere y mucho menos se les necesita. Ojalá que este sacudón no sólo sirva para que los grupos armados noten el profundo desprecio que el

Una tarde espantosa

Por Manuel Armando Sarabia Acevedo Fue una tarde espantosa. El hastío por la realidad circundante se unía con la decepción causada por una de las pocas ilusiones con las que cuenta el pueblo atribulado y sin oportunidades. Ese fatídico día, una nueva noticia de dolor y muerte llegaba a los oídos del pueblo colombiano: a los miles de muertos del conflicto armado, se le sumaban once más (reconocidos). Los once diputados del Valle del Cauca, secuestrados por las FARC hace cinco años, eran declarados muertos en confusos hechos que, hasta el momento, no se esclarecen… algo dice que, como siempre en el País del Sagrado Corazón, jamás se sabrá la verdad al respecto; al menos no mientras el uribismo mande y las FARC sigan vivas, no mientras lo que vivimos no esté convertido en un capítulo viejo y empolvado de la historia patria. Colombia lloraba y protestaba por más dolor y más sufrimiento y la indignación ya no tenía por donde desbordar, las ilusiones se desvanecían y, sin embargo, quedaban a