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Mostrando las entradas de junio 23, 2008

Dios me dijo que no - Samuel Hernández

En estos momentos en que nos invade la incertidumbre o no comprendemos nada de lo que ocurre a nuestro alrededor, es útil encontrar canciones como ésta, que nos devuelven a la fe y que nos permiten continuar. Dios me dijo que no - Samuel Hernández Le dije al Señor que queria paciencia, Él me dijo que no, la paciencia es producto de la tribulación, la paciencia es producto de la tribulación, no se concede se conquista. Le dije al Señor que quitara mi orgullo, Él me dijo que no, es algo que yo tengo que entregar yo le dije al Senor que yo queria riquezas y Él me dijo que no, que aprendiera a depender de Él. Yo le dije al Señor que sanara mi madre, Él me dijo que no, es un proceso que tenemos que pasar a mi tiempo Yo obraré entiendelo Samuel que yo soy Jehova. CORO: Al fin he comprendido a hacer tu voluntad que eres mi dueño y mi guía lo eres Tú lo que el Espíritu diga eso se hará porque aqui en ti en mi manda Jehova (bis) Le dije al Señor que sanara mi tierra, Él dijo que no, que primer

El cielo se cae a pedazos sobre ti... Hay quien lo detenga

Hay días de días y momentos de momentos... rachas, a veces, en las que sentimos que el mundo se nos está cayendo encima de a pedacitos y no podemos hacer absolutamente nada por remediarlo. Hace poco estuve en una racha negra, de esas que exterminan todos los sueños, las expectativas y las visiones y nos convierten en seres negros, negativos, deprimidos, solos, enfermos y poco agradables. Esas rachas son poco comunes en mí y, aunque aparecen muy de vez en cuando, esta me duró mucho más de lo normal, creo que me estaba invadiendo, pues me sacó de mi camino normal por mucho tiempo, casi tres meses, creo, en los que sólo vi oscuridad y me sentí perdido. Sin embargo, siempre hubo alguien ahí... llámenlo como quieran, Dios, Jesús, ángel, lo que sea, el Propio Ser Supremo o sus enviados, no sé quién, pero estuvo tan oportuno como siempre para darme la mano cuando el abismo estaba a punto de asfixiarme y convertirme en un zombie más del sistema opresor de almas. Para mí, era Dios, con Jesús, l