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Mostrando las entradas de septiembre 3, 2007

El amor...

El amor, tan mencionado en todas las épocas y tan incomprendido por todos los corazones… Continuamente leemos en las noticias de algún insensato que “por el amor de x” se suicidó; vemos novelas con títulos como “Amor Fugitivo”, “Amores que matan” o algo así. La gente normalmente “sufre por amor” o “busca el amor de alguien” y dice expresiones como “me ganaré tu amor”, “dame tu amor” (estribillo insulso de canciones sin imaginación), “muero por tu amor”, “no puedo vivir sin ti”, “si me dejas me muero” y otras más que sonarán familiares al lector. ¿Qué tienen en común todas esas expresiones? ¿Nada? ¿No le pegan? Pues bueno, que hablan del amor como algo tangible y, lo más importante, como un fin que hay que alcanzar, por el que hay que esforzarse, por el que hay que sufrir. De acuerdo con su definición básica, el amor es sólo un sentimiento, como la ira, la tristeza o la felicidad. Los sentimientos nacen espontáneamente en el ser (no sé de dónde, si del cerebro, del alma o de dónde, pe